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domingo, 21 de mayo de 2017

Karina Skvirsky examina relaciones de poder en la Historia del Arte



Guayaquil.- Karina Skvirsky (Ecuador, 1969) es la artista mutlidisciplinaria que trabaja con fotografías, viodeoarte y performances que actualmente, expone “Los pliegues de la foto” en galería DPM. 
Para el curador de la muestra, Rodolfo Kronfle Chambers: “su obra ejemplifica ese afán de cada quien por trazar su propia interrogación existencial para hallar un nicho en el mundo; es un recorrido que parte del análisis abierto de su experiencia íntima que va del acontecer de su crianza a observaciones continuas sobre su vida, en aras de lograr encajar en el gran esquema de las cosas”.
Karina vive en Nueva York, donde también da clases de fotografía. La exposición “Los obreros del ferrocarril ” (2016) que hizo para la Bienal de Cuenca está exhibiéndose en Madrid, y el video que llamado “El peligroso viaje de María Rosa Palacios” (2016) sobre el viaje de su bisabuela materna a pie, durante varias semanas, desde un pueblo pequeño de la Sierra hacia la ciudad de Guayaquil,  se va a exponer en una galería neoyorquina en septiembre.
“Este trabajo es completamente nuevo, es la primera vez que lo estoy mostrando”, le dice Karina a La República. “La exposición tiene dos partes, la primera parte empieza con una reacción feminista sobre los resultados de las elecciones del 2016 en Estados Unidos, mi obra siempre empieza con algo que está pasando actualmente, en este caso, se trata de la elección que perdió Hillary Clinton en Estados Unidosque me impactó bastante, no porque ella fuera una candidata increíble, sino que fue como el resultado de un sexismo y un machismo, de una misoginia fuerte, eso me causó como un choque, porque yo veo que las cosas han cambiado bastante, pero después, cuando veo cosas como éstas, veo que no. Uno ve eso y dice ¡pero no ha cambiado nada! Y entonces empecé a pensar cómo responder ante esto, porque yo, como artista, no me puedo sustraer a eso, tengo que reaccionar, tengo que responder a eso, porque eso es lo que hago, con mi medio, que es siempre la fotografía”

Handstand de Karina Skvirnsky
“Y empecé a indagar sobre la historia de la fotografía, sobre las prácticas de las mujeres artistas, especialmente en los setentas, que fue donde empieza el trabajo feminista en el arte, donde hay una voz que se lanza y cambia el discurso”, continúa Karina, “ése trabajo de las mujeres tiene que ver con lo personal, que ahora todo el mundo lo hace, pero eso viene de las raíces, las semillas del trabajo que hicieron las artistas en los setentas, cuando sale ese trabajo tan potente de VALIE EXPORT, Martha Rosler, Dara Birnbanm, Marina Abramovic, en el que ellas sacan trabajos que tienen que ver con lo personal y lo doméstico, y eso influye a todo el mundo del arte, por eso, ahora no hay problema en hacer trabajos que son más personales, más autobiográficos, porque ya ya cambió el discurso”.
“Cuando David Pérez-Mac Collum me invitó a hacer una exposición aquí, pensé que quería hacer una exposición en la que yo reaccionaba al espacio de la galería y también a la situación política, mezclando esas dos cosas. Por ahí vienen estas conexiones a la historia del arte y a la rabia personal que he tenido sobre lo que ha pasado en la política”.
“Así  llegamos a estas fotografías recientes”, dice el curador, “donde el cuerpo de la artista adquiere un papel protagónico, un cuerpo por medio del cual pone en marcha su propia versión del feminismo, desprovisto de prédicas evidentes y más bien operando como indagaciones que tantean en las sombras de la Historia del Arte: “la mujer como autor y objeto”, según las describe (…) La vemos entonces seguir pautas de performances de VALIE EXPORT o de Charles Ray, o procurando examinar las sutilezas y relaciones de poder que entrañan algunas fotografías de modelos de Edward Weston”.

“La regla de los tercios” por Karina Skvirnsky
Karina recorre la muestra “Los pliegos de la foto” y va haciendo comentarios sobre las obras. De “Balance” o “Equilibrio” señala que: “es una línea en la que estoy caminando y tratando de equilibrarme. En la obra “Libro” estoy con el libro en la cabeza  y quiero caminar derechita, como me enseñó mi mamá, y también está doblado como la página de un libro. Éste chiquito que se llama “Rincón” es como el doblado del cuerpo en el rincón y estoy como empujando, como metiéndome a la pared, la idea es meterme en la galería, meterme en el mundo del arte”.
Luego está “Handstand” donde está Karina parada de manos con ropa de ballet y se le sale un poco el calzón por debajo de la malla. Ella se acuerda de las niñas cuando hacen gimnasia o ballet los calzones siempre se les están saliendo por debajo de las mallas, y se refiere con ternura e “ese gesto tan lindo de las niñas, que siempre están tratando de meterse los calzones”, entonces estoy reproduciendo ese detalle, es como mi versión de la memoria sobre la gimnasia, estoy jugando con esas memorias que llevamos en nuestro cuerpo”.
“Otra cosa que tiene que ver con la exposición”, explica la artista, “es que mi pareja me ha ayudado a tomar las fotos, porque yo salgo también en las fotos, y estas implicaciones tienen que ver con el sexo: “Top/Botton” juega con la idea de quién es pasivo y de quién es activo en la relación. “Lay flat” tiene una conexión a la famosa foto que  tomó el artista Edward Weston a su esposa acostada desnuda boca abajo en la arena, “La regla de los tercios”, hace un guiño a la foto del rostro de Tina Modotti tomada también por  Weston”. Conexiones que  para Kronfle Chambers constituyen “un juego de adopción e intercambio de roles fluctuantes entre modelo, musa, aprendiz o asistente.”
Karina dice que “las otras obras se conectan con el trabajo de VALIE EXPORT que hacía fotos de ella interviniendo el espacio arquitectónico, aquí estoy poniendo mi cuerpo en las escaleras y después doblando la foto para que tenga las mismas líneas que la escalera, ella lo hacía de otra forma, yo lo estoy haciendo a mi manera”.
“Su cuerpo desnudo o vestido desarrolla una relación con el espacio físico apenas sugerido, actuando sobre este, asunto acentuado por los pliegues en el papel, que le prestan un cierto carácter escultórico. Estos pliegues, funcionando como un código más de la práctica fotográfica, transforman el plano del papel en un volumen cuya profundidad es tanto física como metafórica, para convertirse en el lugar donde confluyen dualidades simbólicas como sus recuerdos o pensamientos versus la representación que intenta hacer de estos”, dice Rodolfo Kronfle Chambers.
Para el galerista Pérez-Mac Collum las obras de Karina tienen un hilo conductor, que es la intimidad personal – familiar, “porque recoge desde la bisabuela, a la mamá y a ella misma. Este hilo conductor va desde la intimidad de ella hacia sus ancestros. Aquí ella se está exponiendo en todo sentido, ha puesto en evidencia este tema de la intimidad personal. Tenemos cuatro cuerpos de intencionalidad en esta muestra, pero que emanan o hilvanan todos hacia su parte íntima”.
La otra parte de la muestra está relacionada con la exposición anterior de los drones que consiste en seis fotografías-collages de imágenes satelitales, con apariencia de cuadros abstractos, que nos remiten a países del Medio Oriente, donde se han realizado ataques con drones, sobre las que la artista ha sobrepuesto siluetas recortadas de mujeres asesinadas y abandonadas, localizadas en una sencilla búsqueda de Google, poniendo simplemente “dead women”.
“En la vida todo se trata de sexo, excepto el sexo. El sexo se trata de poder”, Oscar Wilde.
María Rosa Jurado/ Fotos Larepublica.ec y Karina Skvirsky.

Mujeres muertas fotografiadas por drones
Fuente
http://www.larepublica.ec

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